lunes, 31 de mayo de 2010

Como resultado de la forma un poco desordenada de su evolución, no es fácil exponer con método una historia de la Odontología Forense. No será útil una simple cronología de nombres y hechos y una división en períodos parece arbitraria. En realidad, la Estomatología Forense no tiene vida y evolución autónoma y de ese modo, su historia marcha paralela y directamente vinculada con la historia de la Medicina Forense y la organización legal de la justicia .

Lacassagne, siguiendo un poco la concepción de Comte sobre los tres estados de la evolución de la ciencia –religioso, metafísico y positivo -, divide la historia de la Medicina Forense en tres períodos. El primero o ficticio abarca las épocas primitivas hasta el imperio romano – ley de talión, libros sagrados -; el segundo, parte de la obra de los jurisconsultos romanos, comprende ya una legislación regular. Aparecen después los Capitulares de Carlo Magno, los juicios de brujería y, en el siglo XVI, las leyes carolinas y los progresos científicos y políticos de ese siglo y el siguiente, que impusieron la intervención pericial de los médicos ante la justicia; el tercero o positivo es ya el moderno y arranca del siglo XVIII hasta la actualidad, con el perfeccionamiento técnico, universitario y legal; es el período propiamente científico de la odontología forense, correspondiendo a una mejor organización de la administración de justicia .

A partir de entonces y sobre todo después por las transformaciones que la revolución francesa produce en la administración de la justicia y en la codificación, la Odontología Forense se perfecciona, se organiza como estudio serio en las universidades y como aplicación práctica indispensable en los juicios .

En esta evolución, la Odontología Forense ha ido haciéndose mas concreta en sus métodos, más eficaz en sus fines, tiende a abandonar la reclamación y el subjetivismo pericial y aprovecha todo lo que puede las conquistas de las ciencias afines -Antropología Humana, Medicina Forense, Tanatología, Neuropsiquiatría Forense, Anatomía Humana, Balística Forense, Anatomía Dental, Etnología - Con ella, la Medicina Forense ha adquirido una perspectiva intelectual más amplia y las ciencias jurídicas –Derecho Procesal, Derecho Laboral, Derecho Civil-, especialmente el Derecho Penal, una mayor consistencia .

La base de información científica ha de ser, desde luego, médica, pero completada con conocimientos jurídicos y sociológicos. Si lo primero da a la Odontología Forense su terreno mas firme, lo segundo le abre las más atrayentes perspectivas intelectuales. Pero un buen estomatólogo forense debe saber conciliar ambos aspectos de su disciplina, el carácter concreto y biológico de la medicina con el carácter abstracto y doctrinario o filosófico de las ciencias jurídicas y sociales. En la Estomatología Forense los problemas son resueltos con un criterio objetivo, haciendo abstracción de doctrinas médicas y hasta en contra de ellas .

La Odontología Forense realiza continuos aportes en distintos ámbitos de las actividades humanas que gestionan el amparo de derechos y normas jurídicas. Su intervención es de enorme importancia en la identificación, según fichas o moldes, fotografías o radiografías; no menos importante es su participación en la evaluación de lesiones, accidentes, agresiones, etc. Tiene entonces importancia su ubicación en la medicina del trabajo, en el deporte, en la peritación judicial, sin dejar de lado ese tema trascendente en la vida del profesional que es la deontología en el ejercicio profesional odontológico .

Si la ciencia pericial es totalmente aplicativa y sobre todo médica, la Odontología Forense es algo más que eso, por la índole más general de sus estudios. Es una ciencia de mayores proyecciones, sin que esto excluya la tendencia muy plausible de darle métodos concretos, para alejar de ella en lo posible el verbalismo. Pero este carácter jurídico no debe hacer olvidar su base esencialmente médica .

En el desarrollo de las ciencias forenses no se concibe la labor independiente de un especialista sin que se acompañe de áreas diferentes que le permitan complementar o enriquecer su dictamen. Aun mejor, el trabajo pericial actualmente es un trabajo de equipo, en el cual el odontólogo forense ha cobrado cada vez mas importancia y ha dejado de ser un profesional dedicado al examen oral con el objetivo de elaborar una carta dental, para convertirse en un especialista que realiza la autopsia oral o el estudio de huellas de mordedura o el examen odontológico en casos de lesiones o de requerimientos en materia legal.

El quehacer del odontólogo forense se da en casos de identificación de personas o de restos, cálculo de edad, determinación de lesiones y secuelas, estudio de marcas de mordedura en investigaciones por maltrato infantil, delitos contra la integridad y libertad sexual y violencia intrafamiliar, entre otras. Todo lo cual demuestra la importancia de esta disciplina y por ello el interés en fortalecerla, al punto que el odontólogo forense es el profesional que paulatinamente ha venido asumiendo las funciones de ser el jefe de identificación.

Adicionalmente se plantea la importancia que tiene para el dictamen el empleo de herramientas como la fotografía y la radiología forense que, no pueden ser ajenas cuando se trata de fijar hallazgos y buscar elementos que posteriormente para su demostración, no admiten la simple opinión o la cruda descripción si no están acompañadas de la demostración gráfica. Esto además es de sumo interés para quienes deben actuar en procesos de investigación por demandas en materia civil relacionadas con el ejercicio profesional, tema de creciente interés debido a las sumas de dinero que pueden representar los tratamientos odontológicos o las secuelas por complicaciones o malos resultados atribuibles a procedimientos incorrectos.

En caso de desastres masivos, bien sea por accidentes de la naturaleza, accidentes causados por el hombre o acciones terroristas, en los cuales los cuerpos de las víctimas son destrozados o calcificados, su reconocimiento e identificación se va dificultar. El odontólogo forense hace su aporte en la identificación mediante la recolección de evidencias en el lugar de los hechos, tales como prótesis fijas o removibles así como también fragmentos óseos, estructuras dentales o de otras evidencias que van a ser fundamentales para la identificación de las víctimas y mediante el diligenciamiento de la carta dental, para ser cotejada con la historia clínica odontológica antemortem, radiografías o modelos. En estas circunstancias y referencias, la factibilidad y la eficiencia de los métodos de identificación más utilizados tienen en cuenta las condiciones del lugar donde se produjo el hecho, las características socioeconómicas de la población involucrada, los recursos humanos y materiales con que cuenta el grupo de identificación forense.

El uso de los métodos especiales de identificación de la estomatología forense, es imprescindible dentro de las actuaciones medicolegales relacionadas con la identificación masiva de cadáveres en situaciones de desastres. Estas técnicas adquieren mayor valor de aplicación en aquellos casos en que la integridad física de los cuerpos de los fallecidos se encuentran afectadas y básicamente no difieren de cuando son utilizadas en otras circunstancias. Lo que distingue al trabajo del estomatólogo forense en situaciones de desastres, es su integración a un grupo multidisciplinario bajo un sistema organizativo particular.

En conclusión, en cuanto a los aspectos legales ecuatorianos de la Odontología Forense, el odontólogo podrá ser auxiliar de la justicia en los casos que señala la ley, ora como funcionario público, ora como perito expresamente designado para ello y cumplirá su deber teniendo en cuenta la importancia de la tarea que se le encomiende como experto. El odontólogo forense dedicará a sus pacientes el tiempo necesario para hacer una evaluación adecuada de su salud bucal, igualmente indicará los exámenes indispensables para establecer el diagnóstico y prescribir el tratamiento correspondiente.